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domingo, 14 de noviembre de 2010

Don Francisco: “Mi mayor temor es fracasar”

Pudo haber sido sastre, como su padre. Sin embargo, su destino era otro. Cuando terminó los estudios secundarios se fue a Estados Unidos a aprender corte y confección. Estuvo un año entre telas y tijeras, pero sus ojos quedaron prendidos en las pantallas de televisión. Y no pensó en nada más.
Una mezcla de talento y perseverancia única lo llevaron de Sábados alegres a Sábados gigantes. De Noche de gigantes a ¿Quién quiere ser millonario?. De Chile a Miami. A ganarse el récord Guinness por completar 14.000 horas en pantalla. Y el Emmy, como líder de la TV hispanoparlante, por mencionar sólo algunos.
-¿Con quién estamos hablando? ¿Con Don Francisco o con Mario Kreutzberger?
-Es el mismo -responde desde su cama, aquejado de neumonía, en su casa en el norte de Miami.
Pero lo cierto es que son dos personas bien distintas. Don Francisco es animoso, incansable, un terremoto. Mario Kreutzberger es más bien reservado, como ausente. Incluso algo tímido, reconoce él.
-¿No se aburre de la televisión después de tantos años?
-No me ha aburrido nunca. Para mí ha sido una pasión trabajar en la TV.
-Pero hace unos cinco años dijo que ya enteraba el 90%. ¿Qué plazo se da ahora, que está por cumplir 70 años?
-No me doy plazos, sino metas. Mi meta es cumplir este sueño de los 50 años de Sábado gigante. Estoy empatando la misma cantidad de años en la televisión chilena y en Estados Unidos: 24 años en cada uno. Cumplí 48 años.
-Entonces ¿le quedan dos años para retirarse?
-Tengo una frase cliché para eso: “Uno no se retira, lo retiran”. O el rating, o la salud, o las capacidades físicas o intelectuales. Porque a mí me gusta hacer esto. Creo que éste es un trabajo que no se puede hacer sólo por un sueldo, sino por pasión.
Cuando se le pregunta a Mario Kreutzberger qué distinción lo ha llenado de orgullo, recuerda haber sido designado Benemerenti por el Papa Juan Pablo II. Es el primer no católico en recibir esa distinción.
-Usted es agnóstico. ¿Hay una vida después de ésta?
-Yo no soy agnóstico -contesta enfático- Soy un creyente. Yo creo que hay un Dios. Tengo mis dudas en cómo se desarrolla eso, inquietudes a veces de cómo se presenta la divinidad. Mi posición es que si hay otra vida, mucho mejor. Pero, por si no la hubiera, hay que hacer todo lo bueno y lo malo aquí. Porque uno, en el mejor de los casos, va a vivir entre 70 y 90 años y va a estar muerto eternamente, o sea mucho más muerto que vivo.
-Un hombre tan exitoso como usted, ¿a qué le teme?
-Al fracaso. Hay una gran inseguridad en nosotros, los que trabajamos en esto. Tengo un gran temor al fracaso. Estamos siempre como los toreros que salen al ruedo, con el temor de que el toro nos dé una cornada fuerte...
-Siendo el personaje más popular en Chile, ¿nunca pensó en ser presidente?
-No lo pensé. Creo que no tengo las condiciones para eso. No me he preparado para eso en mi vida y no haría un buen trabajo. También creo que ya no sería electo... Quizás en algún momento la gente confundía la popularidad con el liderazgo, pero ya no lo hace.
-¿Es irreemplazable?
- ¡Nadie es irreemplazable! Sólo estamos cumpliendo el momento que nos corresponde.

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