Con una sentencia en su contra —que la obliga a trabajar con la firma discográfica con la que suscribió contrato y bajo las órdenes del productor al que denunció por acoso, abusos verbales y vejaciones—, el caso de la cantante estadounidense Kesha, de 29 años, pone en evidencia las duras condiciones a las que las estrellas, la mayoría jóvenes, se someten para alcanzar el éxito.
Kesha había presentado la demanda en contra de Lukasz Sebastian Gottwald, más conocido como Dr. Luke, a finales de 2015 y en febrero su caso obtuvo sentencia. La resolución causó un terremoto en el mundo de la industria musical, entre los fans de la cantante y en ella, a quien no le queda otra que cumplir con el contrato que rubricó con Sony Records y trabajar al lado de Dr. Luke.
El documento estipula la producción de cinco placas más, según información de diversos portales especializados en música; cabe hacer notar que la cantante ya produjo dos discos con la misma firma: Animal en 2010 y Warrior en 2012.
Kesha tenía 19 años cuando empezó a labrar su destino en esta industria, y al término de todo este tiempo afirmó que su vida y su carrera habían terminado totalmente controladas por Gottwald, un hombre 20 años mayor que ella.
La artista denunció que durante 10 años y en muchas oportunidades, su mánager la obligó a consumir drogas y alcohol para aprovecharse sexualmente de ella, según lavozdegalicia.es. En la oportunidad, la cantante contó que en cierta ocasión despertó desnuda en su cama, sin recordar cómo había llegado hasta allí. Oriunda de Los Ángeles, Kesha dijo que antes del hecho, Dr. Luke la había obligado a consumir unas pastillas. En otra oportunidad, narró que su productor la forzó a drogarse antes de abordar un avión.
El empresario, que también trabajó con famosas como Katy Perry, Rihanna y Shakira, rompió el silencio y defendió su inocencia aseverando que las acusaciones son un montaje para incumplir con el acuerdo legal. “Kesha y su madre, Pebe, han usado estas difamaciones con el objetivo de liberarla de su contrato exclusivo”. Incluso —según un reporte de lavozdegalicia.es— sostuvo que ambas habían reconocido que las imputaciones eran falsas. Tiempo después apareció un video (grabado en 2011) donde las dos niegan los abusos denunciados en 2015.
Artistas como Lady Gaga, Demi Lovato, Lorde, Ariana Grande, Kelly Clerkson o Miley Cyrus, que curiosamente grabaron con el mismo productor, apoyan abiertamente a Kesha en este caso, según as.com.
Los seguidores de la cantante también se han solidarizado con la causa y lo expresan en las redes sociales bajo el hashtag #FreedomForKesha.
El caso de Kesha no es el único de este tipo. Otras estrellas denunciaron, en diversas oportunidades, el sometimiento que sufrieron de parte de su firma discográfica, su mánager o su productor.
En Latinoamérica, uno de los casos más visibles y mediáticos es el de la mexicana Gloria Trevi, quien a sus 16 años subió al escenario bajo la sombra de su productor y posterior pareja, Sergio Andrade. Otra triste experiencia fue la de la diva Tina Turner, quien padeció bajo la fuerza de su productor y esposo, Erwin Bach.
La cantante recibe apoyo
Redes Sociales
Después de escuchar el veredicto, la cantante rompió en llanto, imagen que no tardó en circular por la red.
Ayuda
Con el hashtag #FreeKesha, sus fans darán a conocer la historia de la cantante quien, en su demanda, sigue buscando liberarse del contrato con Sony y de Dr. Luke.
Taylor Swift
La cantante ha donado 250.000 dólares para cubrir los gastos judiciales de la querella de Kesha. Un gesto que reafirma el malestar contra la situación ventajosa de la industria respecto a los artistas.
Defensa
El productor musical demandado ha salido en defensa propia a través de Twitter: “Nunca violé a Kesha y nunca he tenido sexo con ella. Kesha y yo fuimos amigos y siempre la consideré como mi hermana”.
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