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jueves, 5 de febrero de 2015

Katy Perry, reina de la final de fútbol americano



Quizá las más de 70.000 personas que acudieron el domingo al University of Phoenix Stadium lo hicieron con la intención de ver a sus equipos favoritos luchar en la final de la liga profesional de Fútbol Americano, pero fue la cantante Katy Perry quien incendió de verdad el campo deportivo con su esperado concierto de medio tiempo, que se lo dedicó a su niña interior.

Poco antes de subir al escenario, mientras los integrantes de los New England Patriots y los Seahawks de Seattle buscaban la ventaja, Perry twiteó: “Esto es para esa pequeña niña. Ella tenía el sueño, siempre creía en sí misma. Ahora es ella la que sonríe”, bajo una foto de ella misma a sus diez años.

Y es que para cualquier cantante estadounidense, actuar en el intermedio del Super Bowl es un sueño hecho realidad y una gran oportunidad para su carrera, ya que sus canciones y bailes llegaron a 114,4 millones de personas, según los datos provistos por las televisoras, convirtiéndose en el programa televisivo más visto de EEUU.

Perry hizo rugir aún más a los asistentes a la final cuando, tras la salida de los deportistas, apareció en el escenario ataviada con un vestido que imitaba al fuego a lomos de un gigantesco león mecánico, al que dominaba mientras cantaba Roar, el tema con que abrió su último álbum Prism (2013).

Con un show calificado como “de gran calidad constante” por portales como www.poprosa.com o agencias como EFE, Perry logró mantener la atención del público al interpretar Dark Horse, tema que precedió a una de las sorpresas de la noche, más allá del resultado del partido: la colaboración del rockero Lenny Kravitz —con chaqueta y pantalón de cuero, cadena dorada y su fiel guitarra— en I kissed a girl.

Esa fue la única intervención de Kravitz. Inmediatamente después, la creativa cantante protagonizó otro cambio de atuendo y escenario para darle ambiente a California Girls y Teenage Dream. Katy lució un vestido corto de colores rojo, blanco y amarillo, y apareció rodeada de delfines y chicas en traje de baño en una playa.

Le siguieron dos canciones, nuevamente acompañadas por una estralla invitada. La elegida fue la rapera Missy Elliot, quien acompañó en Work it y Lose control. Elliot vestía una camiseta de fútbol americano con el número 49, para darle carácter a los temas de hip hop.

Y el final de su concierto volvió a sacar rugidos de la audiencias. Como ya es tradición en sus conciertos, la diva interpretó su clásico Fireworks, solo que en esta ocasión lució un vestido plateado mientras era elevada a través de una plataforma móvil. Al mismo tiempo que volaba alrededor del campo de juego, éste se llenó de fuegos artificiales en un cierre apoteósico.

Y, paralelamente al espectáculo destacó la coordinación de los equipos que trabajaron para montar y desmontar el escenario e instalar los equipos de efectos especiales, lo que se logró en menos de 15 minutos sin afectar ni el recital ni las presentaciones.

Datos: EFE, AFP, www.poprosa.com, www.losandes.com.ar. Fotos: worpress.com, dailymail.com, blogspot.com.




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