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sábado, 23 de abril de 2011

Londres se alista para la boda real

Gigantescas Union Jacks (banderas británicas) ondeando por toda la ciudad, fuentes limpias y céspedes perfectamente cortados: a una semana de la boda real, Londres se pone guapa para el príncipe Guillermo y Kate Middleton.

Cientos de miles de admiradores son esperados en la capital para el enlace del 29 de abril, decenas de miembros de casas reales y otras personalidades invitadas a la ceremonia, que será cubierta por miles de periodistas.

Para que la ciudad esté tan guapa como la novia ese día, las autoridades de la Alcaldía de Westminster destinaron cientos de miles de dólares para embellecer la capital por los festejos de casamiento en la Abadía de Westminster, a la que acudirán visitantes extranjeros, miembros de casas reales de Europa, así como también políticos e invitados especiales

Frente al palacio ondean ya decenas de banderas británicas con los colores rojo, azul y blanco, y muchas más deberían ser instaladas en los próximos días a lo largo de la ruta que recorrerán en carroza los recién casados cuando salgan del templo, así como en otros lugares emblemáticos de la capital.

En el Mall, la gran arteria que lleva al palacio, se han colocado ya entre las hileras de castaños los altavoces que difundirán en directo la ceremonia, mientras que en el cercano St James Park, el césped está impoluto, como sus inconfundibles tumbonas de rayas verdes y blancas, y los parterres rebosan de nuevas flores.

En Whitehall, la arteria que concentra la gran mayoría de los ministerios y que también forma parte del recorrido, las estatuas de los memoriales de guerra han recuperado todo su brillo tras ser limpiadas a presión.

Y la “Horse Guard”, la guardia montada que vigila el lugar, lustró su coraza, para alegría de las hordas de turistas que posan con ella, y también de Richard Hudson, que regenta un puesto de souvenirs cercano.

“Casi no me quedan paños de cocina de Guillermo y Kate. He vendido centenares”, declara con satisfacción. Aunque los novios no pasarán por allá, las autoridades aprovecharon la oportunidad para limpiar las fuentes cercanas a Trafagar Square, que esta semana fueron vaciadas.

También se limpiaron las baldosas y se pulieron los portalámparas de bronce. “Creo que no se había hecho en 20 años”, dijo una de las personas encargadas de esta labor.

En el otro extremo de Whitehall, fuera de la abadía, el centro de la plaza del Parlamento también luce hierba nueva, pero los militantes antiguerra que acampan allá desde hace años conservan su trozo de pavimento con sus pancartas que denuncian los “dos millones de muertos en Irak”.

Sin embargo, una de ellas, María Gallastegui, ha cedido a la euforia ambiente y en una de las lonas exteriores de su tienda ha pintado los nombres de Guillermo y Kate en un gran corazón.

Detrás de los manifestantes, un grupo de trabajadores da los últimos toques a una tribuna de prensa de cinco gradas ante la entrada occidental de la abadía, donde un centenar de fotógrafos y otros 250 periodistas estarán apostados el próximo viernes para inmortalizar la llegada de la novia.

También se han instalado andamios en dos edificios, donde se alinean ya las cámaras para tener la mejor toma de la abadía. Hay otra estructura más pequeña en la plaza Trafalgar, con una buena panorámica de la capital.

El principal centro de prensa está del otro lado de Buckingham Palace, donde se han construido también varios estudios de televisión temporales.

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