A pesar de que durante sus años de estudiante de secundaria participó en algunos musicales y siempre le ha gustado la música, jamás tuvo como meta ni los escenarios ni las cámaras de televisión. Pero el destino tenía otros planes para Ana María Polo y, casi por casualidad, le ofrecieron la conducción del programa Sala de parejas, nombre original de Caso cerrado (Telemundo), que bajo su batuta está celebrando su décimo aniversario.
CASO CERRADO “El programa estaba funcionando muy bien, pero por el nombre teníamos la limitante de solamente poder tratar casos de pareja. Así que hablé con la producción y se nos ocurrió ponerle Caso cerrado, que era además una frase que yo decía siempre después de tomar una decisión”.
A partir de allí le dieron rienda suelta a esta cubanoamericana de 52 años de sentar posición con un martillazo ante casos de inmigración, laborales, violencia doméstica y cuanto rubro legal existe. “Hay problemas de todo tipo, hay personas de todo tipo y hay leyes para todo”, refiere la doctora Polo en cuanto al amplio espectro de temas que abarca su programa, siendo esto uno de los secretos del éxito de su programa.
NO HAY GUIÓN “No creo en fórmulas mágicas. Creo que hemos escuchado al público, a sus necesidades. Nos hemos mantenido atentos a lo que está pasando en la calle, además es un programa muy natural. No hay guión. Yo lo único que sé de los casos es el nombre de los participantes y de quién demanda a quién por qué. Creo que esa autenticidad la gente la aprecia”, dice la abogada, quien sin embargo reconoce apenada que quizás la pasión que le ha imprimido a su trabajo también ha calado en el corazón del público.
SIN LÍMITES “Cuando me meto en un proyecto lo hago en cuerpo, alma y corazón. Cuando me embarco en algo no me pongo límites. Yo no me esperaba que Caso cerrado llegara tan lejos, pero tampoco me negué a que sucediera”, asegura la también sobreviviente de cáncer. “Justamente esa cara alegre, con fe y optimismo con que miro la vida me ayudó a superar esta enfermedad y me ha dado la fuerza, el ánimo y la disposición para tratar de ayudar a otros pacientes que también la padecen”. Polo es vocera y voluntaria de varias organizaciones benéficas que ayudan a pacientes con cáncer, entre algunas otras. Aunque de su labor social y caritativa habla poco, porque “una vez que empiezas a hablar de lo que haces por caridad deja de ser caridad y se convierte en publicidad y ese no es mi estilo”.
Lo que sí es su estilo es la manera franca y directa como le habla a la gente. “Trato de no adornar, sin caer en lo vulgar. Pero también tengo claro que este programa de alguna manera cumple una función pedagógica, porque enseñamos a la gente. A lo mejor tú no tienes un caso directamente, pero en el programa se da alguna situación parecida y ya eso te da herramientas”.
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