Con tan sólo 16 años, este cantante pop se consolidó el 2010 como un fenómeno musical a nivel mundial. Su popularidad ha crecido como la espuma. Un estudio sitúa al artista canadiense como la persona más influyente en internet, por delante de figuras como el presidente de EEUU, Barack Obama. Expertos dudan que la fama ganada entre los adolescentes se mantenga a medida que Bieber vaya creciendo.
Justin Bieber se ha convertido en todo un fenómeno adolescente, con legiones de fans por todo el mundo. Este hecho se ha producido, en gran parte, gracias a las posibilidades de difusión que ofrece internet.
Su masiva aparición en la red era un hecho, pero ahora, según un estudio de la compañía estadounidense Klout, se ha determinado que además de ser una de las figuras con mayor presencia en la web, el cantante canadiense de 16 años es la persona con más influencia en la red.
Los responsables de la investigación han contabilizado el número de apariciones de Bieber en comentarios e informaciones en redes sociales y páginas webs. Además de contar su número, la compañía Klout ha elaborado algoritmos para determinar la repercusión y el valor de las apariciones de cada personaje.
De esta manera, según los sitios en los que aparece, cada nombre tiene un valor u otro. También se ha tenido en cuenta el número de comentarios que ha generado.
Con este sistema de análisis, los datos obtenidos sitúan al artista como la persona más influyente de la red que ha conseguido superar a personajes tan importantes como Barack Obama o incluso al Dalai Lama.
Bieber se ha situado incluso por delante de la mediática Lady Gaga, personaje que ha conseguido levantar pasiones en todos los sitios que ha visitado durante el 2010. A esto se suma que su disco My world se encaramó el año pasado en el tercer lugar en la lista de las producciones más vendidas.
Su talento ha logrado concitar la atención del público infantil y adolescente, consiguiendo barrer del mapa a fenómenos de otras temporadas como Jonas Broters, quienes llegaron a tener dificultades para llenar sus conciertos e incluso se vieron obligados a suspender presentaciones. Extremo imposible para Bieber, cuyos conciertos han roto toda expectativa.
En el ojo de las críticas
El abrupto éxito del cantante adolescente ha despertado críticas. Entre ellas la de la periodista y escritora española Rosa Montero. “Ese chaval es quien en su reciente visita a Madrid provocó infinidad de desmayos, lágrimas histéricas y frenesíes apasionados de sus seguidoras, todas tan pequeñitas de edad como él. Vi en televisión la monumental marea de fanáticas que le rodeaba y no pude evitar compadecerme de la salud mental de ese muchacho.
Creo que es imposible vivir algo así a los dieciséis años y salir indemne: parecía un conejo indefenso colocado en el paso de la devoradora marabunta. Me temo que no van a quedar de él ni unos mondos huesitos”, escribió la autora.
Justin Drew Bieber nació en Stratford, Canadá, en 1994. Fue criado por su madre soltera, Pattie Mallette, quien fomentó en él la pasión por la música. A los 12 años, Bieber participó en un concurso de canto en su país, del cual salió en segundo lugar.
Para el 2007, la madre de la naciente estrella comenzó a subir videos de su hijo en YouTube en los que aparecía interpretando canciones de Usher, Chris Brown, Stevie Wonder, Justin Timberlake y Ne-Yo.
Fue gracias a un accidente que el talento del canadiense fue descubierto por Scooter Braun. El empresario estadounidense de la música se topó por error con uno de los audiovisuales de Bieber, mientras buscaba el video de otro artista.
El productor rastreó la identidad del cantante y se contactó con su madre. Pattie Mallette se mostró al comienzo escéptica. Meses después recordó que rezó. “Dios, te lo ofrecí a ti. Tú podrías enviarme un hombre cristiano, un sello discográfico cristiano”. Las dudas de la progenitora fueron calmadas por los consejos de los pastores de su iglesia. Días después, madre e hijo —quien entonces contaba con 13 años— se trasladaron hasta Atlanta para grabar el primer demo.
Una semana después de llegar a Estados Unidos, Bieber logró seducir con su voz a la estrella de la música Usher, quien junto a Braun regentan la empresa Raymond Braun Media Group. La capacidad artística del adolescente llegó a oídos de Justin Timberlake. Éste perdió la puja ante Usher que presentó mejor oferta.
Bieber y su madre decidieron instalarse definitivamente en Atlanta, mientras Braun y Usher lograron el 2008 sumar al proyecto a la empresa Island Def Jam Music Group y a Island Records.
En el verano del 2009 fue lanzado su sencillo debut One time, que se posicionó en el top 30 en más de una decena de países. Fue seguido por su álbum debut, My World, recibiendo críticas positivas y una certificación de platino por la Recording industry Association of America, convirtiéndose en el mayor debut de un nuevo artista en el año, además de que hizo a Justin el primer artista en toda la historia de la Billboard Hot 100 en tener cuatro sencillos de un álbum debut en el Top 40 antes del lanzamiento del álbum.
La producción se estrenó debutando en la Billboard 200 en el número 6. Mientras promocionaba su álbum, Justin fue programado para aparecer en el Roosevelt Field Mall, sin embargo la actuación tuvo que ser cancelada, debido a que una multitud de más de 3.000 fanáticos comenzaron a empujarse agresivamente.
Su primer álbum de estudio completo, My World 2.0, fue lanzado el 23 de marzo del 2010 y fue precedido por el éxito internacional de la canción Baby. Semanas después se inició la gira, My World Tour.
Desde entonces el cantante canadiense de pop se ha convertido en un ídolo de masas y el premio como Mejor artista novel en los MTV Video Music Awards (VMA) no hizo más que refrendar su condición como uno de los grandes estallidos de la música el 2010. Bieber enloqueció a la legión de fans que esperaba su actuación en la ceremonia. Actuó al aire libre y llegó al escenario a bordo de un deslumbrante Cadillac rojo. Una actuación llena de morbo por la presentadora que dio paso a la actuación de Bieber, nada más y nada menos que la despampanante Kim Kardashian.
Lady Gaga y Justin Bieber volverán a verse las cara en los Grammy 2011, el acontecimiento musical más esperado del año. Los dos artistas llevaron enfrentándose todo el 2010 en las distintas galas musicales. Ahora la pregunta es quién se llevará el Grammy al Mejor álbum vocal.
Pero, entre Lady Gaga y Bieber, parece que la cantante estadounidense es la que más posibilidades tiene de llevarse algún premio Grammy, ya que está nominada en seis categorías entre las que destacan, Mejor álbum pop, con The fame monster, Mejor álbum y Mejor artista pop.
A pesar del éxito alcanzado por Justin Bieber el 2010, no hay segmento de la industria musical donde los ascensos sean tan rápidos, y las caídas también como la música para adolescentes. Bieber volverá a pasar examen este año con su nueva gira mundial, que se iniciará en marzo.
La cuestión más urgente será ver si sus fans le siguen mientras él crece. Y no sólo se trata de repetir el éxito de My world 2.0 que ha encabezado las listas de ventas en todo el mundo. Bieber, además ha firmado acuerdos comerciales desde libros hasta una línea de esmalte de uñas.
Las perspectivas, las estadísticas, no son favorables. Los expertos de la música apuntan que la gente no crece con la música que escuchaba cuando tenía 13. La lista de sensaciones adolescentes que no pudieron encontrar el éxito como artistas adultos es larga y bien documentada, con nombres nostálgicos que incluyen figuras como Leif Garrett, Shaun Cassidy y Tiffany. Los artistas adolescentes sucumben, asimismo, a la dependencia de las drogas y del alcohol, las presiones del escrutinio público y el gusto caprichoso de una cultura obsesionada con la juventud.
La escritora española Rosa Montero es pesimista sobre el futuro. “Sin duda las niñas histéricas crecerán sin secuelas negativas por encima de su fanatismo adolescente, pero a la estrella juvenil le vaticino un futuro muy negro. Salvo que tenga el coraje, la hondura personal y la inteligencia de hacer lo que hizo el beatle Paul McCartney, por ejemplo. Con 28 años, tras la disolución del grupo, en lo más alto de su aplastante mito, milllonarísimo hasta lo incalculable, Paul, junto con su por entonces nueva mujer, Linda, se fue a vivir a una modesta granja en Escocia.
Era una casita con tan sólo dos dormitorios; él y Linda ocupaban uno, mientras que los cuatro hijos de la pareja compartían el otro. Y en ese apretado hogar residieron durante 10 años, mientras McCartney aterrizaba de nuevo en la realidad. La sencillez de lo cotidiano y lo tangible como vía de recuperación de uno mismo. Suerte, Justin, pobre niño rico”.
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