Brittni de la Mora fue una de las actrices mejor pagadas en el mundo del cine para adultos. La joven facturaba casi 30.000 dólares por mes, pero decidió renunciar a ese estilo de vida para dedicarse por completo a la iglesia.
En sus inicios trabajaba todos los días, "tenía un Mercedes del año, cada bolso nuevo de Louis Vuitton y los tacones de Christian Louboutin", contó en una entrevista. Su nombre artístico era Jenna Presley y apareció en más de 300 videos.
"Trabajaba para pagar mi renta y gastaba miles de dólares a la semana en drogas. Comencé con la cocaína, pero luego, finalmente, estaba luchando contra una adicción a la heroína", señaló en una entrevista.
Actualmente, ella y su esposo predican el evangelio en una congregación en San Diego, California.
Un escape a los problemas
La ahora predicadora tuvo su primer acercamiento a la industria cuando tenía 16 años, en un viaje que realizó a México. "Me sentí rechazada desde niña, en mi hogar había mucho caos, así que empecé a buscar amor y aceptación en los lugares equivocados".
Cuenta que la primera vez que asistió a un club de striptease, se emborrachó y terminó bailando en el escenario. Aquella noche fue reclutada por dos productores que le dijeron que hacían "películas románticas" y que ella estaba destinada a ser una estrella.
"Fui ingenua. Me aceptaron para que fuera representada por una agencia de primer nivel y cambie para convertirme en una estrella porno de tiempo completo. Abandoné la universidad", expresó.
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