Melania, como esposa de Donald Trump, es de hecho la primera dama de Estados Unidos, pero como vive en Nueva York y la hija de su marido dispone de despacho en la Casa Blanca, surge la duda. ¿Quién actuará operativamente como primera dama?
Con una popularidad que ha subido del 24 al 52% según anunciaba la cadena estadounidense CNN, Melania Trump está siendo una primera dama discreta aunque donde brilla, de gran manera, es en el arte de portar modelos que marcan o marcarán, según los expertos, tendencia.
Ella vive en Nueva York con la excusa de que tiene que estar pendiente de los estudios de su hijo Barron y, por ello, sus apariciones públicas son escasas, elevando por ello notablemente la expectación, para ver qué modelo luce y quien ha sido su diseñador en esa ocasión.
Melania Trump ha roto con la tradición habitual de las primeras damas, al no mudarse de forma inmediata a la Casa Blanca y quedarse en su lujoso ático de la Torre Trump en Manhattan. Aunque lo habitual es que de Melania, como primera dama, hubiera asumido sus labores desde el comienzo de la legislatura de su marido, entra dentro de lo normal nombrar un jefe de gabinete y un secretario social, habitualmente antes de la investidura.
Pero no ha sido este el caso y la Casa Blanca ha elegido, hace pocas fechas, a la exasesora de George W. Bush, Lindsay Reynolds, como la jefa de gabinete de la primera dama.
Pero, si desde el punto de vista público, Melania se ha convertido en un referente de moda y en la discreción personificada como mujer del presidente de los Estados Unidos, en el plano de representación de poder parece que le está tomando la delantera la hija de su marido, Ivanka Trump.
La hija mayor del presidente americano, ejecutiva de 34 años de edad en la Organización Trump, empresaria, diseñadora de joyas y madre de tres hijos.
EFE Reportajes
Una Ivanka muy proactiva
La hija mayor del presidente americano, ejecutiva de 34 años de edad en la Organización Trump, empresaria, diseñadora de joyas y madre de tres hijos, tendrá una oficina propia en el Ala Oeste de la Casa Blanca, según informó hace unos días su abogada, y su puesto de “primera hija”, podría derivar hacia el de primera dama en la sombra con un peso político y de representación importante.
En Washington ya es habitual, desde hace semanas, ver como Ivanka acompaña a su padre en actos oficiales, y también en reuniones con mandatarios internacionales. De hecho, ya se ha sentado al lado de la canciller alemana, Angela Merkel, durante la reunión en la Casa Blanca, hace unos días, al igual que hizo anteriormente en la visita del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Según Jamie Gorelick, abogada de la hija mayor de los Trump, Ivanka va a ocupar un despacho, aunque no tendrá un cargo oficial en la Casa Blanca, así como tampoco recibirá un salario por esa actividad de consultoría. Ahora bien, contará con unos teléfonos propiedad del gobierno y también recibirá una autorización especial para acceder a información clasificada.
Ivanka tendrá una oficina próxima a la de su marido, Jared Kushner, quien ya trabajaba como asesor de Trump y es un personaje habitual en las reuniones del presidente en el Despacho Oval.
La casa es propiedad del multimillonario chileno Andrónico Luksic, a quien Forbes le asigna una fortuna de más de 13.000 millones de dólares, según confirmaba el Wall Street Journal, y fue adquirida por 5,5 millones de dólares por una compañía controlada por Luksic, según apuntan registros públicos y varias entrevistas, afirma el medio. Además se ha desatado una polémica hace unas semanas cuando algunos grandes almacenes retiraron de la exposición una colonia de su marca alegando falta de rentabilidad. Pero sus 1,75 millones de seguidores en Twitter, unidos a la campaña que hizo en las redes su padre, convirtieron el perfume Ivanka Trump en número uno de ventas en Amazon en su categoría, según informaba la revista Glamour.
Bien es cierto que, tras la elección como presidente de su padre, Ivanka renunció a su cargo directivo en la Organización Trump, acordando recibir un salario fijo, y no comisiones por las ventas, y ha puesto su empresa de moda en manos de la presidenta de la compañía, colocando sus intereses bajo un fideicomiso administrado por sus cuñados, según informaba el diario The New York Times.
El mismo medio indicaba que también prohibió a la empresa hacer campañas de marketing con imágenes suyas que se produjeran dentro del mandato de su progenitor, y hacer operaciones con gobiernos extranjeros.
¿Tiene funciones la primera dama?
Desde el punto de vista formal, según los expertos en protocolo, no existen unas tareas concretas que lleve consigo el título de primera dama. Son ellas mismas las que, por su forma de ver la sociedad, su personalidad, aspiraciones o intereses, se decantan por promocionar una u otra actividad.
Históricamente cada primera dama que ha tenido Estados Unidos ha elegido abrazar una causa especial dedicándole la mayor proporción de su tiempo.
El caso último, de Michelle Obama, fue su idea de mostrar el camino a la sociedad estadounidense, y especialmente a los niños como escaparate, de la necesidad de una vida saludable, proyectándolo a todos los pequeños del mundo.
Su antecesora en el cargo, Laura Bush, hizo un gran trabajo con la finalidad de conseguir el mayor grado de alfabetización en la población mundial, especialmente entre las niñas del mundo subdesarrollado, e hizo famoso el lema de “leer cambia la vida”.
Melania comentó durante la campaña electoral de Trump que en su trabajo como esposa del presidente daría prioridad a la lucha contra el acoso en internet que sufren los niños y adolescentes, pero desde esas manifestaciones no ha perfilado ningún programa concreto, hasta la fecha.
Como conclusión, y para poner fin a una cierta polémica, en una entrevista con ABC, Ivanka Trump aseguraba: “solo hay una primera dama (en Estados Unidos) que es Melania, y que hará cosas extraordinarias”.
El tiempo nos sacará de dudas...Y en cuanto a moda no se puede negar que ambas tienen buen gusto para vestir, de hecho Melania se ha caracterizado por su elegancia y discreción y ahora que es el nuevo ícono de moda de la Casa Blanca, seguro que dará mucho que hablar.
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