Los duques de Cambridge parecen seguir fieles a su costumbre de dejar escapar detalles sobre su vida íntima en palacio cada vez que acuden juntos a cualquier tipo de acto, ya que en la noche del miércoles ambos hablaron abiertamente de sus hábitos gastronómicos y, sobre todo, de la escasa experiencia de Catalina en la cocina durante una cena para recaudar fondos en beneficio de los orfanatos británicos que tuvo lugar en Houghton (Norfolk, Inglaterra).
"Guillermo no ha tenido mucha suerte conmigo en lo que a la cocina se refiere", dijo la futura reina de Inglaterra en presencia de cinco aclamados chefs británicos, antes de que su marido irrumpiera repentinamente en la conversación para bromear al respecto. "Por eso estoy tan delgado", le cita el diario Daily Express.
El nieto de Isabel II y su esposa fueron invitados personalmente al evento por el marqués David Cholmondeley y su mujer Sarah, con quienes Guillermo y Catalina mantienen una estrecha amistad desde hace varios años. El esperado reencuentro entre las dos parejas se vio caracterizado por una suculenta cena de cinco platos, entre los que destacaron creaciones como el salmón ahumado con galletas saladas de tinta de calamar, ceviche de vieira, róbalo y carne de venado con puré de remolacha, así como un postre compuesto por frambuesas, fresas, sidra y arándanos típicos del condado de Norfolk.
La espontaneidad de la que hicieron gala Guillermo y Catalina durante toda la velada no resulta sorprendente teniendo en cuenta que el matrimonio ha tratado siempre de exhibir una imagen de normalidad y cercanía desde que pasaran por el altar de la abadía de Westminster en abril de 2011.
"Guillermo nunca ha querido que los medios de comunicación interfirieran demasiado en su vida cotidiana, por eso Catalina y él se están planteando mudarse a la casa de campo. La reina le ha dado su bendición para que haga lo que crea conveniente con su familia y él le está muy agradecido. Esto les permite construir una vida tranquila y un entorno lo más saludable posible para sus hijos", aseguraba una fuente a la revista Vanity Fair.
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