“Ordeno que mis ejecutores se hagan cargo de que mis restos y que estos sean trasladados a Bali, donde deben ser quemados de acuerdo con los rituales budistas”, escribió el artista en 2004
El 25 de agosto de 2004 David Bowie plasmó en 20 páginas sus últimas voluntades. Por entonces, aún no padecía cáncer pero a sus 57 años ya imaginaba cómo quería que fuese su despedida de este mundo. Ni entierros ni grandes actos públicos. El artista deseaba que su cuerpo fuera incinerado y que sus cenizas se esparcieran en Bali de acuerdo con el rito budista. Así lo recoge su testamento que, veinte días después de su muerte, ha sido abierto en un tribunal de Manhattan. “Ordeno que mis ejecutores se hagan cargo de que mis restos y que estos sean trasladados a Bali, donde deben ser quemados de acuerdo con los rituales budistas”, escribió Bowie.
El cantante británico fue incinerado (tal y como él especificó) dos días después de su muerte en Nueva Jersey y muy pronto dichas cenizas serán trasladas a Bali para que allí, en una ceremonia íntima y familiar, sus más allegados cumplan el último deseo del que fuera un icono del rock.
Otro aspecto relevante del testamento de Bowie es su herencia millonaria. Su patrimonio está tasado en 100 millones de dólares que, según ‘PageSix’, se repartirán entre su esposa y sus dos hijos. Iman Abdulmajid recibirá el 50 por ciento de su fortuna y la casa de la calle Lafayette en Manhattan y los dos vástagos del cantante se repartirán el otro 50 por ciento. Duncan, de 44 años e hijo de la primera mujer de Bowie, Angie, recibirá en torno a 25 millones de dólares, mientras que su hermana Alexandra, de 15 años y fruto del matrimonio entre David e Iman, recibirá al cumplir los 25 otros 25 millones de dólares y la casa familiar de Little Tonshi, en Nueva York.
Además Bowie se ha asegurado muy bien del futuro de su hija menor de edad, dejando que esta sea tutelada por su amigo y asistente Corinne Coco Schwa si su madre Iman fallece antes de que la joven cumpla los 18 años. Precisamente a Corinne también le corresponde una parte de la herencia cifrada en dos millones de dólares.
Bowie también ha tenido presente en el reparto a la niñera de Alexandra, a quien destina otro millón de dólares.
Por si esas elevadas cifras supusieran cualquier problema para su principal administradora, su esposa Iman, Bowie ha encargado a dos de sus abogados que supervisen la gestión y ayuden en todo lo que puedan a la modelo.
ÍCONO DEL ROCK
La vida privada del duque blanco se ha ido contando por capítulos a lo largo de más de cuatro décadas. Aunque prácticamente desde que se lanzó al estrellato en los años 70 dejó declaraciones tan sorprendentes como las que hizo en 1972 asegurando que era bisexual, los detalles más íntimos de su vida sexual llegaban en forma de biografía no autorizada hace apenas un año. En un libro firmado por Wendy Leigh, la autora aseguraba que Bowie y su primera mujer organizaban en su casa de Chelsea orgías con Mick Jagger en las que el cantante de los Rolling Stones mantenía relaciones con la mujer de David, Ángela, ante la atenta mirada del anfitrión. De ser ciertas, estas afirmaciones se unirían a la teoría de que los dos ídolos musicales fueron mucho más que buenos amigos. Se dijo que los dos estaban fascinados el uno por el otro como artistas y como hombres, y la propia Ángela, la primera mujer de Bowie, aseguró en un plató de la televisión americana hace unos años que ella había pillado a su marido con Jagger en la cama. “Él me obligaba a tener una relación abierta y yo no podía con eso”, explicaba Angie.
David Bowie y Ángela se casaron en 1970 y se divorciaron 10 años después de forma poco amistosa. Ella le acusaba de haberla arrastrado a un mundo de drogas, alcohol y lujuria, y él de abandonar a su hijo Duncan, un niño nacido en 1971 del que Bowie se hizo cargo tras la ruptura. Desde que se separaron la otrora pareja no volvió a cruzarse una palabra y Duncan, en la actualidad es un reconocido director de cine, no mantiene ningún tipo de relación con su madre.
ANGIE, EN ‘GRAN HERMANO VIP’
Curiosamente, solo cinco días antes del fallecimiento de Bowie, Angie entraba a concursar al ‘Gran Hermano VIP’ británico, donde develó muchos detalles de su relación con el cantante. La que fuese primera esposa del duque blanco cree que Bowie “envenenó” a su hijo contra ella, y dice que si permitió que su marido se quedara con la custodia del pequeño, fue porque al dejar de estar con él, ella perdió su trabajo (era su agente) y, por tanto, sus ingresos. “Yo no abandoné a Zowie (Duncan), pero no aguantaba más la humillación de David y quise empezar una nueva vida”, explicó a sus compañeros de la casa mientras reconocía además haber tenido problemas con las drogas y el alcohol y haberse intentado suicidar hasta en dos ocasiones.
Pero las palabras de Angie, quien ahora se convierte en protagonista del ‘reality’ británico, no ha sido la única en criticar a Bowie en los últimos días. Una de sus primeras amantes, la periodista Anna Finnigan, también ha cargado contra él en otra polémica biografía que veía la luz el pasado viernes. Finnigan asegura que cuando estuvo con él no sabía que salía con Angie y que se enteró con el tiempo de que el artista simultaneó las dos relaciones.
IMAN ABDULMAJID, SU VERDADERA HISTORIA DE AMOR
Pero tras unos años bastante confusos para David Bowie, en los 70 y los 80, donde las drogas y una vida sexual bastante desordenada daban tantos titulares como sus éxitos musicales, la que ya era una leyenda viva del rock sentó la cabeza con Iman Abdulmajid, una modelo somalí con la que contrajo matrimonio en 1992.
Iman se convirtió en una supermodelo de esa década y allanó el camino a miles de maniquís africanas que hasta entonces no habían tenido oportunidades en el mundo de la moda por el color de su piel. La labor de Iman en esta cuestión ha sido alabada por muchas compañeras de profesión como la reconocida ‘top’ Naomi Campbell.
Con Iman, Bowie formó una familia con su hijo Duncan y con Alexandra, la hija que ambos tuvieron en el año 2000 y de la que Bowie solía presumir en sus redes sociales.
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