Ya han pasado cuatro años desde aquel 29 de abril de 2011 en el que el príncipe Guillermo y Kate Middleton se daban el 'sí quiero' en la abadía de Westminster. Desde entonces, la vida de ambos ha dado un giro radical y se han convertido en uno de los mayores iconos de la realeza no sólo en Reino Unido.
En estos tres años han viajado por decenas de países y han representado a Gran Bretaña con enorme éxito. Personalmente, viven un momento muy especial, pues su primogénito, el príncipe George, está a punto de cumplir dos años, y en cualquier momento podrán tener entre sus manos a su segundo hijo, del que se desconoce el sexo y el nombre.
Esperado nacimiento
La prohibición de aparcar en los alrededores del hospital londinense St. Mary, donde la duquesa de Cambridge, Catalina, dará a luz a su segundo hijo, ha sido ampliada durante una semana más, anunció ayer el Ayuntamiento del distrito de Westminster.
El príncipe Guillermo, nieto de la reina Isabel II de Inglaterra, y su esposa continuaban a la espera del nacimiento de su segundo bebé, a pesar de que la madre salió de cuentas el sábado pasado.
Un portavoz de Ayuntamiento de Westminster afirmó que "las restricciones de aparcamiento permanecerán hasta el 5 de mayo y en caso de que el bebé no nazca para entonces, serán ampliadas de nuevo".
Según los medios británicos, el martes se pudo ver a la duquesa llevando en coche al Palacio de Buckingham a su primogénito, el príncipe Jorge, que cumplirá dos años en julio y es tercero en la línea de sucesión a la corona británica.
Por ello, se especula que el segundo hijo de los duques de Cambridge tardará unos días más en llegar.
Las restricciones para aparcar en los alrededores del hospital comenzaron el pasado 15 de abril.
La ampliación de las restricciones se ha conocido el día en que los duques de Cambridge celebran su cuarto aniversario de boda en su residencia oficial, el Palacio de Kensington.
Los duques, que se conocieron en la universidad, se casaron hace cuatro años en la Abadía de Westminster.
¿Una niña?
Algunos simpatizantes de la familia real británica ya se han instalado ante el hospital del centro de Londres donde Catalina tiene previsto dar a luz.
Ante el hospital St. Mary han acampado cinco admiradores portando banderas británicas, a la espera del nacimiento del que será -sea niño o niña- cuarto en la línea de sucesión a la corona británica.
Según recogen los medios británicos, una de esas personas es la londinense Kathy Martin, de 50 años, que señaló que dos hombres se les acercaron con una caja de pastas y dijeron que "era un regalo de los duques en agradecimiento por su apoyo".
"Fue muy especial y nos hemos dado cuenta de que la caja de pastas estaba anudada con lazos rosas por lo que creemos que es una señal de que los duques esperan una niña", agregó Martin.
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