Anna Kendrick desfiló su primera alfombra roja en los Premios Tony de 1998, y 17 años después la actriz admite que sigue sintiéndose tan incómoda como en ese momento al posar para las fotos.
“Cada año que pasa, pienso que mi sonrisa para las cámaras va a ser más fácil”, dice en la edición de mayo de la revista Glamour. “Pero empeora y empeora al punto de que doy esa sonrisa de Britney Spears aterrada, en la que los labios ríen pero sólo se ve miedo en los ojos… También soy la reina de arruinar las fotos grupales. Todos mis amigos sonríen y lucen bien y yo estaré allí agarrándome la nariz, o al menos pareciendo hacerlo”, cuenta.
Por otra parte, la cantante detesta ser el centro de atención. “En parte es porque usualmente visto pantalones y zapatos de goma así que esas fotos contrastan mucho con las de mi vida cotidiana. Necesitas estar muy bien arreglada con la chaqueta de cuero perfecta, y las botas y tu labial rojo y tu café, y no he logrado eso todavía. Si tengo jeans puestos, es un buen día”, finalizó.
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