Así lo revela la ganadora del Oscar a mejor actriz por "El lado bueno de las cosas" en una entrevista de la edición de septiembre de la revista Vogue, en que cuenta que solía echarse en la cama y preguntarse qué le daría reconocimiento.
"No era una visión. Pero como si estuviera ocurriendo, tienes esta comprensión oculta: Por supuesto", aseguró la protagonista de "Los juegos del hambre: en llamas".
A pesar de todo lo bueno, la actriz de 22 años de edad también confesó que su infancia fue "infeliz" debido a que estaba "ansiosa", por lo que sus padres la enviaron a un terapeuta.
Sin embargo, en 2007, cuando fue escogida para actuar en la serie de televisión "The Bill Engvall Show", su madre se dio cuenta de que ya no necesitaba asesoramiento porque actuar la hacía feliz.
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