La canción más icónica de la bossa nova, la mítica "Garota de Ipanema", cumple 50 años desde que fue interpretada por primera vez en público con lo que comenzó una imparable trayectoria de éxito que ha traspasado las fronteras de la música. El 2 de agosto de 1962 el compositor Antonio Carlos Jobim, el cantante João Gilberto, el poeta Vinicius de Moraes, el baterista Milton Banana y el contrabajista Otávio Bailly deslumbraban a Río de Janeiro interpretando en un club por primera vez la canción que haría sombra a todos los demás hitos de la bossa nova.
La simple pero elegante melodía de la Garota de Ipanema pasó por encima de otras más elaboradas como el genial tema "Chega de Saudade", también del prolífico Tom Jobim.
La letra Escrita por Vinicius por encargo de su amigo Jobim para acompañar una melodía que había hecho poco tiempo atrás, nació con el nombre de "Menina que pasa" pero fue reelaborada dando lugar al título por todos conocido.
Fue a principios de los años 60 cuando Vinicius y Jobim dedicaban horas al whisky refugiados en el Bar do Veloso, de la antigua calle Montenegro (hoy Vinicius de Moraes), en el barrio carioca de Ipanema, desde donde espiaban el "dulce balanceo" de las caderas de una jovencita que iba a la playa o a hacer recados.
Tres meses después de la presentación en Brasil llegó el estreno en la famosa sala de conciertos Carnegy Hall de Nueva York donde los maestros de la bossa nova dejarían plantada una semilla que germinaría en forma de disco grabado con el saxofonista estadounidense Stan Getz.
El tema fue grabado en inglés por Astrud Gilberto y fue estirado por la célebre ejecución de Getz hasta algo más de cinco minutos.
"Para conocer la melodía de la Garota no hace falta más de un minuto, pero esa forma maravillosa de interpretarla que tuvo Getz la alargó más que la versión original".
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