La emblemática actriz no quiere perder su característica expresión facial y por eso no quiere volver a inyectarse el conocido corrector antiarrugas.
En su opinión, la cara es el espejo del alma y el colágeno impediría que pudiera compartir sus sentimientos con sus seres queridos.
"Probé el botox en una ocasión y me quedé con gesto de sorpresa durante un par de meses.
La verdad es que no lucía demasiado guapa.
Además tengo tres hijos y quiero que sepan lo que siento en el momento en que lo estoy sintiendo.
Para mí es crucial poder expresarme a través del rostro", reveló en el portal Access Hollywood.
"No quiero juzgar a quien lo utiliza, cada madre tiene sus prioridades y sus gustos.
Si hay gente que es feliz sin poder mover la cara o los labios, me alegro por ellos. Cada uno es libre de elegir", matizó seguidamente.
Por otro lado, la famosa intérprete mantiene una estricta separación entre su faceta como actriz y su condición de madre.
Por eso, cuando acude a las reuniones de padres del colegio de sus hijos, le gusta que se refieran a ella como la señora Moder (por su marido Danny Moder) o como la madre de Finn y Hazel, sus mellizos de siete años de edad.
"Cuando estoy alejada de los focos soy la señora Moder o ´la madre de Finn y Hazel´. ´Hola, madre de Finn y Hazel´, me gusta que me digan.
O simplemente me pueden llamar señora", bromeó. (fuente:bangshowbiz.com)
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