Grandes celebridades que tropezaron en el mundo de los excesos, pero que sobrevivieron gracias a la rehabilitación.
Charlie Sheen, Mel Gibson, Lindsay Lohan, Daniel Radcliffe y en los peores casos, Drew Barrymore, son sólo algunos de los que encabezan la lista de famosos que pasaron por los peores males de la fama: las drogas y el alcohol.
Sumergidos en problemas. Actores, músicos, directores de cine y muchas celebridades son víctimas de un vicio que en algunos casos los llevó a la debacle de su carrera artística y al ridículo entre la opinión pública.
Tal es el caso de Charlie Sheen, quien se encontraba bajo los efectos de las drogas, según el informe policial, cuando fue arrestado por amenazar de muerte a su actual esposa, Brooke Mueller. El actor recibió una orden de rehabilitación en agosto de 2009 tras declararse culpable de atacar a su esposa en estado alcoholizado unos meses antes.
En enero del año pasado, reingresó voluntariamente a rehabilitación después de haber sido hospitalizado de urgencia por fuertes dolores abdominales tras una fiesta de dos días con drogas y alcohol. Al hacer un recuento, en Hollywood sobresalen grandes estrellas que también han coqueteado con el alcohol algunas veces.
Una de estas figuras es el más que aclamado Mel Gibson, quien confesó en algún momento su alcoholismo.
En julio de 2006, un juez en Estados Unidos ordenó a Gibson asistir a las reuniones del grupo de Alcohólicos Anónimos cinco veces por semana durante cuatro meses y medio, y luego tres veces a la semana durante siete meses y medio. Además de una multa por violencia familiar.
La actriz y cantante estadounidense Lindsay Lohan tuvo malos años gracias a su adicción al alcohol y a las drogas. En últimas declaraciones, mencionó que sigue en su lucha por superar esta enfermedad después de haber visitado, varias veces, centros de rehabilitación.
Famosos QUE FUERON A REhABILITACIÓN. Daniel Radcliffe (para muchos, Harry Potter) afirmó en una entrevista a una revista británica que en la grabación de Harry Potter y el Misterio del Príncipe dependía del alcohol. Radcliffe se dio cuenta de cómo podía acabar aquello y a la fecha lleva más de dos años sin probar gota de alcohol. “Llegué a ser tan dependiente del alcohol que lo necesitaba para vivir”, dijo el actor.
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