El hijo pequeño de los Reyes de España, el Príncipe Felipe, sopló 44 velas y qué mejor ocasión para hacer un repaso de algunas curiosidades de uno de los príncipes más guapos.
Adolescencia. Su madre lo acompañaba todos los días al colegio hasta que, a los 12 años, el príncipe le pidió ir solo, como el resto de sus compañeros. “No era mal estudiante, aunque en la edad del pavo suspendió una evaluación”, cuenta José Apezarena, autor de “Así es el príncipe. Vida del futuro Rey de España”.
Como mamá. Su carácter es más Grecia (60 por ciento) que Borbón (40 por ciento). Es reservado, reflexivo, concienzudo y responsable. Pero también tiene un sentido del humor irónico.
Diplomático. Domina el inglés y se defiende en francés. Tiene una de las agendas internacionales más importantes del mundo (con teléfonos de presidentes y ministros) porque, por encargo del Gobierno, asiste a todas las tomas de posesión en representación de España.
Con mucho ritmo. “Es un gran bailarín, una afición que ha heredado de su madre. Además de salsa, también baila claqué”, desvela Apezarena. Le gustan las regatas, esquiar y el cine. Suele ver las películas en versión original, compra palomitas y procura entrar al final. Le gusta la música pop y ha ido a conciertos de Mecano, Miguel Bosé y Alejandro Sanz.
El dormilón. Es el dormilón de Palacio. “Durante su año de formación militar en la Academia General Militar de Zaragoza, (1985) se ponía hasta cuatro despertadores para llegar al toque de diana”, cuenta Apezarena.
Platillos favoritos. Le encantan los bocadillos y su bebida preferida es el gin-tonic.
Talento oculto. En las distancias cortas gana puntos. Habla mirándote a los ojos y “es muy bueno contando chistes y hace excelentes imitaciones de voces y acentos”, concluye Azperena en “Así es el príncipe. Vida del futuro Rey de España”.
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