A sus 60 años, lleva cuatro décadas subida a la fama, tres matrimonios, cinco hijos y un nieto. Pero, a pesar de que es una de las mujeres más famosas de España, ¿Quién es Isabel, la que se esconde bajo el mito Preysler? Esta mítica mujer tiene la extraordinaria capacidad de saber cuándo abrirse y cuándo cerrarse, revelando muy poco de ella misma, por lo que es mucho más que su propia leyenda, llamando la atención por esa mezcla de belleza e inteligencia, sin mencionar que está casada con uno de los políticos más relevantes de la democracia española, Miguel Boyer. Es conocida por ser perfeccionista y súper organizada y por su impactante presencia, siempre pulida.
Isabel se siente española aunque sus raíces son Filipinas. María Isabel Preysler Arrastria nació el 18 de Febrero de 1951 en Manila, Filipinas, donde pasó su infancia y juventud rodeada de sus padres y cinco hermanos. Apenas superada su adolescencia, sus padres decidieron mandarla a España, a la casa de sus tíos en Madrid. Pronto comenzó a asistir a distintas fiestas de la alta sociedad madrileña.
En una de esas fiestas conoció a Julio Iglesias, y el amor hizo que dejara de lado sus estudios de Secretariado Internacional. Se casaron en 1971 y cuando se separaron siete años después tenían tres hijos, Chábeli, Julio y Enrique.
Dos años más tarde, siempre tratando de mantener a sus hijos al margen de su vida sentimental y de la expectación que ésta causaba a los medios, contrajo matrimonio con Carlos Falcó, marqués de Griñón. Su matrimonio con el marqués representó un nuevo capítulo en su vida en el que pasa a formar parte a una de las familias aristocráticas más importantes de España. Su vida con él era prácticamente perfecta: un hombre enamorado y una hija para sellar ese amor, Tamara, la más parecida a ella. Sin embargo, la pareja se separó en 1985.
En una entrevista especial con la revista Vanity Fair de España, Isabel admitió que se casó muy joven por primera vez y que su divorcio de Julio Iglesias fue muy doloroso, aunque la hizo crecer como mujer, madre y persona. “No fue hasta después de nuestra separación cuando comencé a conocer el mundo”, admitió Preysler a la publicación.
Durante todos estos años la curiosidad del público por Isabel y sus relaciones ha incrementado, aunque ella nunca ha entendido porqué la llaman la “Reina de Corazones”.
Un amor mediático
A pesar de sus dos dolorosos divorcios, Isabel nunca le dio la espalda al amor y se enamoró perdidamente de Miguel Boyer, ministro de economía. Boyer y Preysler se convirtieron en una historia de amor y fenómeno mediático. En su primera cita, que fue en un restaurante a las afueras de Madrid, ella admitió que estaba muy nerviosa, pues no quería que nadie la reconociera. Así, durante sus primeros meses de noviazgo, la pareja se ocultaba de la prensa y la sofocante atención mediática. Por un buen tiempo Isabel hizo un esfuerzo gigantesco para evitar que uno de los grandes romances nacionales fuera descubierto por la prensa. Y lo logró gracias a mucha organización.
Isabel y Miguel confirmaron su noviazgo en 1986 y lo formalizaron en 1988, lo que suscitó decenas de portadas en todos los semanarios de actualidad social. Junto a Boyer, Isabel tuvo a su última hija, Ana, elegante y estudiosa y compañera inseparable de su media hermana, Tamara.
Casada tres veces, divorciada dos, los divorcios de Preysler son tan definitivos como sus matrimonios. Y es que Isabel ha vivido tres vidas, una por cada matrimonio, en la cual siempre ha aprendido algo.
Devota a sus hijos
Uno de los momentos más dolorosos de su vida fue cuando el padre de su ex marido, Julio Iglesias, fue secuestrado por ETA, episodio que determinó que los hijos que tuvo con Iglesias fueran a vivir con su padre a Miami.
En cuanto a su relación con sus hijas, admite que “una madre siempre quiere que su hija le supere, que sea mejor que ella. A mí, desde luego, me hace muy feliz que sea así. Creo que mis hijas tienen, sobre todo, una altísima autoestima. Han llevado siempre con mucha naturalidad la atención pública y saben perfectamente que estoy allí para lo que necesiten. En cualquier caso prefiero tener ideas más cercanas a las de mis hijas, no como con mi madre, con la que difería bastante”.
Belleza atemporal
Divina, distante, única e inigualable. Isabel personifica el arquetipo de la belleza atemporal. La hipnótica fascinación de Preysler sigue sin conseguir fórmula ni explicación. Su innegable aspecto físico ha permitido a muchas mujeres dejar de ver los cincuenta años y ahora los sesenta, como aquella frontera en que la vida se convertía en invisibilidad.
Desde niña, siempre ha practicado mucho deporte. Hacía natación, montaba a caballo, jugaba al tenis, al bádminton, esquiaba y desde hace muchos años practica yoga.
“Creo que el cuerpo siempre te responde. Soy comilona y no me gusta privarme de cosas que me encantan. Pero no engordo porque no estoy quieta un minuto”, admitió Preysler a la publicación Vanity Fair. Asimismo, admitió que ayuna una vez por semana, lo que para ella es “más una limpieza y una desintoxicación, aunque te ponga de mal humor”.
Isabel es también una mujer de negocios. Ferrero Rocher, Porcelanosa y la joyería Suárez son algunas de las firmas que la contrataron para ser la imagen de sus productos. Sin embargo, hoy Isabel, una de las mujeres más elegantes de España, ha conseguido con infinita paciencia respirar tranquila junto a su familia. Cada vez espacia más sus apariciones en público, pero cada aparición suya crea un pandemónium importante. /
CITAS
“Me he pasado media vida como si estuviera pisando huevos. Con un cuidado espantoso”.
“Siempre he intentado actuar con sentido común, pero en algunas ocasiones me hubiera encantado no hacerlo”.
“Siempre pienso que es injusto que la felicidad de unos sea a costa de la infelicidad de otros. Me gustaría que no fuera así, pero es una trágica ley de vida”
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