No pudo esperar y fue la primera en felicitarse el domingo a través de su cuenta Twitter con un: “Feliz cumpleaños ¡A mí!”. Acompañó ese texto con un dibujo en blanco y negro: “Lo dibujé en la mesa de un restaurante. Si tuviera que darlo todo de nuevo, lo haría pero me quedaría con mis fans”, continuaba el mensaje.
Así cumplió ayer lunes 25 años Stefani Joanne Angelina Germanotta, más conocida como Lady Gaga, la reina de la música pop.
Sus fans, que suman millones en todo el mundo, no se quedaron atrás y convirtieron un lunes normal en el Gaga Day, gracias a que colapsaron las redes sociales, como Facebook o Twitter.
En la noche se fue a una disco en Las Vegas, luciendo un atrevido traje con “prints” de leopardo. Con su pecho y trasero al descubierto, la intérprete de Born This Way electrizó el club Krave de Planet Hollywood.
Pero no todo es felicidad. Más allá del éxito y los miles de dólares que registra por conciertos y venta de discos en el mundo, Gaga afronta día a día la tortuosa necesidad de mantener su look excéntrico, desde que se hizo famosa.
Debido a que tiene cabello oscuro, constantemente tiene que teñírselo a fin de mantener el rubio con el que es conocida, pero los componentes de los tintes ocasionan que su cabello se caiga y esa situación ya la tiene preocupada, por lo que planea un corte radical.
Además tiene que someterse a intensos masajes en los pies para aliviar los estragos que los tacones y las plataformas que suele usar provocan en ellos. Ni hablar de su piel. El excesivo maquillaje le quita hidratación a su piel y las innumerables sesiones de cama solar le provocaron la aparición de arrugas.
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