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lunes, 24 de agosto de 2015

Los fracasos financieros del 'Klan' Kardashian

Cansados, quizás, de las críticas sobre el modo que han tenido de ascender a la fama, han tratado de legitimar su posición en el star system a través de algo que no fuera el vídeo porno casero que hizo famosa en un primer momento a Kim Kardashian. Lo han intentado todo: de la canción al diseño de calcetines, pasando por la promoción de un par de zapatillas que ayudaban a conseguir el tan famoso (y tan poco natural) culo de Kim. De momento, siguen buscando.

A continuación, les invitamos a realizar un pequeño viaje por la cara oculta del 'mundo Kardashian', repasando los mejores (o peores, según se mire) y más vergonzosos fracasos financieros de la familia.
Literatura

El último en una larga lista de aventuras en el mundo de los negocios ha sido Selfish, el libro de Kim. La obra, cuyo título hace un juego de palabras entre 'egoísta' en inglés y selfie, contiene 300 de sus mejores fotos de Instagram (y algunas, atención, inéditas) en alta calidad. Tamaña premisa no debió de convencer a sus seguidores, pues de los más de 42 millones que le siguen en la plataforma, sólo 32.000 lo acabaron comprando.

Todavía así, Selfish queda en mejor posición que Rebels: City of Indra, el début literario de Kylie y Kendall . Además de ser todo un desastre en el mercado, esta suerte de ficción distópica fue duramente criticado por todos los columnistas literarios de referencia del país.

El argumento (este, al menos, sí que tenía argumento) gira en torno a un par de jóvenes, Livia y Lex. La primera vive en la zona pija de la ciudad, la segunda en la zona pobre. Lo que diferencia a estas dos zonas es que la zona pobre no tiene acceso a operaciones de cirugía estética. La enjundia de la trama viene cuando un guaperas llamado Kane trata de matar a Livia, fracasa, y ambas chicas se unen para rescatarle.

La articulista Sherryl Connelly dejó plasmada su estupefacción ante el hecho de que las hermanas Jenner hubieran escrito un libro. En su pieza para el New York Daily News, recordaba como Kendall había admitido en la gala de los premios Billboard que era "la peor lectora del mundo", y como Kyliehabía tratado de convencer a su madre con lloriqueos de "¡No es divertido suspender!" de que le educara en casa, puesto que sus muchos compromisos sociales le hacían quedarse por detrás en la escuela.

"¡No es divertido suspender! No, pero es mucho más entretenido que leer Rebels: City of Indra",escribía Connelly.
Televisión

Y es que se les da mejor hablar de su propia vida privada que de la ajena. Las intentonas con la pluma de la familia han recolectado más o menos (más menos que más) el mismo interés que el showmatinal de mamá Kris. Allá por 2013, la momager demostró a lo largo de seis largas y dolorosas semanas antes de ser finalmente retirada de antena, cómo sólo podía llegar a encontrarse cómoda ante una cámara de estar realizando el antiguo ritual familiar del selfie.

Pero este antiguo programa de la Fox suscitó más polémicas que la manifiesta falta de carisma de la matriarca. Aparentemente, Kris no se habría ganado el cariño del equipo técnico que trabajaba junto a ella.

Según se filtró a varios medios estadounidenses, la celebrity se habría presentado en varias ocasiones con resaca, exigiendo al grupo de maquilladores que "la dejaran perfecta". Además, en contra de la costumbre habitual, no habría repartido las pequeñas bolsas con premios que sí repartía entre la audiencia, prefiriendo llevárselas de vuelta a casa para su familia.
Banca

Aunque la verdad es que si nos ponemos a buscar el negocio más rocambolesco en el que se haya involucrado la familia, la Kardashian MasterCard se lleva la palma. Se estrenó en 2010, siendo pronto retirada del mercado ante la avalancha de críticas. Sorprendentemente, estas no giraban en torno a cómo las hermanas podían de alguna manera ser módelos a seguir en cuanto a gasto responsable, sino a los costes añadidos.

La Kardashian Mastercard costaba 100 dólares el primer año, más una comisión posterior de ocho al mesy encima cobraba a los usuarios cada vez que estos decidían retirar algo de dinero de la cuenta.

Un producto que exhiba el sello de aprobación Kardashian no es un equivalente de éxito. O de calidad. O de un mínimo de seguridad a la hora de la compra.

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